miércoles, octubre 11, 2006

Una vez más

Aimée Cora

11-Octubre-2006 Presidenta de la Alianza de Autismo y Desórdenes Relacionados
Publicada en ENDI

Una vez más queda evidenciado el servicio (perdón, el mal servicio) que ofrece el Departamento de Educación a los estudiantes del programa de Educación Especial. En esta ocasión la Comisión de Derechos Civiles presentó un informe sobre el "Discrimen en el acceso a la educación de menores con condiciones especiales de aprendizaje”, donde se presenta lo que hemos venido planteando los padres por dos décadas: el mal servicio que da el DE en el área de Educación Especial.

El informe presenta también un nuevo enfoque en cuanto a esta dura realidad. Y es que además de violar procesos, negarnos servicios, pasar por alto fechas límites, decirnos que no se puede, hacernos creer que no hay, ponernos en lista de espera, perder expedientes, poner en duda los planteamientos que exponemos los padres... encima de todo esto, nos tratan con hostilidad.

Sí, los padres ante el DE dejamos de ser señora Fulana o señor Zutano para ser señora Problemática o señor Queja. Y así nos etiquetan, por luchar por los derechos de nuestros hijos. Por dejar de ser madres y padres para hacernos abogadas y defensores de nuestros chicos que no tienen voz propia y que llegaron a este mundo a enfrentar retos mayores que los que enfrentan el resto de las personas, somos mal recibidos.

Es realmente decepcionante que luego de 26 años de lucha, desde que Rosa Lydia Vélez tuviera la valentía de enfrentar al Departamento de Educación en un foro judicial, el avance haya sido cero y que encima tengamos que soportar los maltratos y malos ratos cuando llegamos hasta el Departamento de Educación a solicitar los servicios.

Cada día que pasa más vergüenza debería darnos a todo el pueblo, que a estas alturas los más necesitados sean tratados como los malos de la película. Es hora que el DE deje de adornar, excusarse y pedir perdón. Ya es hora de acción, de trabajo y de cambio. No es tiempo de buenas intenciones: es tiempo de acciones contundentes y afirmativas que de alguna manera reparen el daño hecho a las familias que participan del programa de Educación Especial.

Al Gobierno que dirige nuestros destinos hoy y a los que lo hagan en años venideros, tienen ante sus manos un reto enorme pero apremiante e innegable. No por promesas o por lucir bien. Mucho menos por votos o politiquería, de la cual ya el pueblo está harto. Hay que hacerlo y punto. O al menos por humanidad.

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